Poética, sensible y honesta. Así es como entendía la fotografía Gabriel Cualladó (Massanassa, 1925 - Madrid, 2003) y así es como la presenta ahora La Pedrera en «Cualladó esencial», una exposición que reúne 140 instantáneas del fotógrafo valenciano.
La
muestra propone un recorrido por la obra de Cualladó, quien siempre
se consideró "amateur" y cuya producción es "una de
las más singulares de la fotografía, no solamente por su dimensión
poética y por su libertad de expresión, sino también por la
naturaleza sencilla", en palabras de los organizadores.
fotografiando
siempre en blanco y negro
con una sencilla Leica, y renunciando a la
iluminación artificial y a cualquier alarde
técnico, sus imágenes
transmiten un intenso latido vital de una época, muy
alejado del
miserabilismo de otros autores,
así como de servidumbres sociales o
políticas. Un mundo sin poses, sin artificios, de brillantes
revelaciones y de hermosísimas negras sombras. Melancólicas
soledades que nos igualan y nos comunican.
Una intrascendencia
narrativa aparentemente imparcial.
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