Las fotografías y textos de W.Scott Olsen
Hay una lección que aprender de la Mona Lisa.
Es sin duda el peor de la pintura presentada en el Louvre. Es alojado en la habitación más atractivo, con la peor iluminación. Hay una cuerda que mantiene a los clientes se acerquen demasiado. Una caja de vidrio protege de la atmósfera, la luz ultravioleta, el ataque de los alienígenas, el botulismo, la gripe y cualquier tipo de profundo agradecimiento.
Y sin embargo, aparecen las hordas. A menudo se siente como el espacio más concurrido en París. Los turistas, cada uno de ellos con un teléfono celular, presione hacia la cuerda y luego mirar lejos de la pintura, elevar su teléfono ligeramente por encima del nivel de la cabeza y disparar lejos. La maldita autofoto mil, cien mil veces al día. No importa lo incómodo que puede ser la habitación. La habitación es incómodo , porque la pintura es muy popular. El estado de ánimo ambiente es "mantenerse en movimiento." No se quede.No se involucre.
Sin embargo, el tema de la autofoto de turismo no es la obra de Da Vinci. El sujeto es el fotógrafo, que documenta su presencia en un lugar famoso. Aquí soy yo delante de la Mona Lisa. Media hora más tarde, aquí soy yo delante de Notre Dame. Media hora más tarde, aquí soy yo delante de la Torre Eiffel. Media hora más tarde todavía, aquí soy yo sobre mi tazón de sopa de cebolla francesa auténtica. El sujeto no es más que "yo yo yo". Es difícil de creer que alguien ve dónde están, ve que no sea su propia imagen reflejada en diversas piscinas nada.
No tengo nada contra el autorretrato, ni tengo nada en contra de los viajes que documentan. Y, francamente, cuando se viaja, no estoy tan seguro de cualquier viajero está tan lejos del eco de la amada . Todos queremos demostrar dónde hemos estado.
Pero más allá de los aspectos técnicos de luz y velocidad, sin embargo, el talento de un fotógrafo es una comprensión de la profundidad. No sólo la profundidad de campo profundo de idea. Un fotógrafo de retratos entiende cómo la luz y la sombra crean emoción y la evocación. Un fotógrafo de la calle no puede cumplir con cualquiera de las personas que terminan en el visor, pero sabe el ambiente de ajetreo urbano. Una profundidad de penetración basado en la experiencia; la profundidad de saber que muy pequeño detalle o sombra puede hacer un cliché en algo extraordinario, único y verdadero.
Es fácil menospreciar, a continuación, el teléfono celular autofotos que asumen desde una posición de experiencia y comodidad (si no el talento). Pero ¿qué pasa cuando nos encontramos el turista? ¿Y cuando nos encontramos atrapados en un horario que no está impulsado por la estética? ¿Qué pasa con los días nos encontramos en un lugar que nunca hemos estado, incluso sin la gracia de una misión para dar a centrarnos y propósito? ¿Y cuando nuestro verdadero talento, una apreciación de la profundidad, no tiene profundidad para confiar en ella?
El problema con la Mona Lisa es que se ve exactamente como la Mona Lisa. Hemos visto que el tiro antes. La Torre Eiffel se ve exactamente como la Torre Eiffel. En la vida real, la Ópera de Sydney parece que cada página del calendario kiosko centro comercial que hemos visto. Y ese es el problema con la autofoto, también. Nuestras caras a menudo se parecen mucho a nuestras caras. No hay nada sorprendente en absoluto. Incluso las bolsas jet-lag bajo nuestros ojos son un cliché.
¿Asi que que hacemos? ¿Qué podemos ofrecer eso es mejor?
El consejo es simple: fotografiar su curiosidad, su deseo de fotografiar.
Tiendo a llevar a una lente inusual. Más a menudo que no, mi caminar-alrededor de la lente gran angular es una Sigma 8-16mm porque cuando estoy de viaje que es como lo veo.Paisaje urbano enorme. Paisaje enorme. Cielo enorme. No es un objetivo muy rápido y sí, los bordes son extraños. Pero eso es mi "autofoto" - no me per se, y no a la Torre Eiffel que sabemos. Esta es la Torre Eiffel para mí y la opinión de mi auto del mundo.
Mi curiosidad no se centra en la única cara o momento íntimo. Mi propia experiencia es con sabor por lo amplio que puedo ver. Cuando puse la cámara en mi ojo, lo que veo es una imagen según se informa en la auto-conciencia artística como la luz y la forma.
Por lo tanto, una buena fotografía turística es un universo retirado de la autofoto desconsiderada. Un teléfono celular elevada frente a algo que otra persona ha dicho es importante es, en el mejor, un reflejo plana. Es toda la superficie, que carece de profundidad y misterio y, quizás lo más importante, el verdadero deseo.
La buena fotografía turística es único. Puede ser defectuoso en cientos de formas técnicas, sino lo que se hace bien, sin embargo, es una idea de alma creativa del fabricante.
-W. el scott Olsen
W. Scott Olsen es un profesor de Inglés en la Universidad de Concordia en Moorhead, Minnesota, donde también dirige la revista literaria Ascenso . Su libro más reciente es Un minuto con un extraño: Fotografías y Ensayos en el hogar y en el extranjero .
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